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JACOB MASLE YA ANOTO SU NOMBRE EN LA HISTORIA

#Hermandad El chileno Jacob Masle se quedo con la 48° edición del Gran Premio de la Hermandad.

21/08/2023 |

 (Foto: Maxi Romero)

Con un ritmo contundente de inicio a fin y mucho sufrimiento, el chileno Jacob Masle (Honda Civic) se quedó con la victoria en la 48° edición del Gran Premio de la Hermandad. Nacho Pavlov se dio el gran gusto en la D, Facundo Carletti cumplió el sueño en la E mientras que Hernán Zanetti (C) y Manolito González (A) se adjudicaron la Challenger definitiva.

“Querían que la Hermandad fuera como las de antes y apareció”, con esas palabras de Manolito González podemos iniciar el repaso de un fin de semana extremo. Es que la 48° edición del Gran Premio fue solo para valientes.

Hubo que luchar, hubo que hacer frente, que remar. Con las condiciones climáticas, con el barro, con un piso que no dio tregua y con los inconvenientes mecánicos que la Hermandad nos tiene acostumbrados.

De entrada, con una rampa simbólica bajo la lluvia, se presumía un fin de semana cuesta arriba para todos que se ratificó en el clasificatorio, donde el barro pesado hizo dudar su realización y modificar la largada, finalmente de mayor a menor.

Acompañados por un lindo marco de público en el autódromo “Ciudad de Rio Grande”, la caravana de autos desfiló buscando la mejor ubicación de largada, la cual quedó en manos de Vladimiro Márquez (G) con el Honda Civic, aventajando a su coterráneo Christobal Masle por escasos segundos, poniendo en evidencia que todos iban por la victoria.

Objetivo: Llegar a Porvenir
La primera etapa amaneció con lluvia permanente y un piso blando por demás como contexto, lo que potenció al máximo la esencia del Gran Premio, pasando la velocidad a un segundo plano y colocando a la resistencia como virtud fundamental para conseguir el resultado soñado.

En el arranque, el primer retrasado fue Jacob Masle, quien perdió varios minutos con un problema mecánico, dejando el duelo mano a mano entre su hermano Christobal y Márquez en la punta del camino, aunque en los tiempos aparecían con fervor Luis Mladinic y Orlov Dubrock como rivales a tener muy en cuenta.

El histórico Daniel Preto peleaba con Diego Aguilar y Facundo Carletti la punta de la E hasta que su máquina lo despidió antes de pasar a territorio chileno, mientras que la D también iba a tener alternativas con las rápidas deserciones de “Pato” Suárez y Esteban Stork, ya entrados al sector de Las Flores.

En esta línea, el que sacaba provecho era el Yagan Racing con Nacho y Emilio Pavlov, quienes mantenían un ritmo impecable desde Rio Grande para escaparse en la cima en un mano a mano con Lucas Garro y Matias Finocchio. Pero antes de llegar al Club de Huasos, el ganador del año pasado se despedía con la rotura de la homocinética. Así las cosas, Pavlov era el hombre a vencer de cara al segundo día.

La G iba a seguir dejando novedades, tras los inconvenientes que retrasaron a Christobal Masle y a Márquez, abriendo la puerta para la remontada de Jacob, quien envalentonado por el ritmo obtenido fue superando a todos sus rivales para acechar la punta del camino y ser el primero en llegar a Porvenir. Un Sandro Vojnovic en silencio, desde atrás, también conseguía meterse en los primeros planos y era el segundo en discordia, apenas un minuto y chirolas detrás de Masle.

El ushuaiense Rubén Marchan sorprendía con una etapa casi perfecta para adelantar a Renzo Vojnovic en la F donde Mariano Chebel penaba por fallas en su planta impulsora tras ir ganando mientras que Diego Aguilar llegaba con lo justo a Porvenir venciendo a Facundo Carletti por un minuto y medio de diferencia. Felipe Barrientos (B) y Damián Alvarado (CI) triunfaban en los otros segmentos.

Jacob Masle, el líder de un bautismo masivo
La segunda etapa del Gran Premio tuvo golpes de escena antes de superar el Cordón Baquedano, sin dudas un acierto clave para prolongar la tradición de la competencia. Es que Diego Aguilar, el líder de la E, sufrió la rotura de su motor quedando sin opciones y pasando a la punta Facundo Carletti, seguido muy de cerca por Danilo Guic.

Mientras tanto, en la punta del camino, nada cambiaba. Jacob Masle encabezaba la fila india y el retraso de su hermano Christobal le daba tranquilidad, aunque Sandro Vojnovic lo traía cortito sin darle mucha soga para relajarse. Claro está, eso dentro de los coches no se sabía y en lo único que se pensaba era en sortear las dificultades que presentaba el piso, desgastando notablemente las unidades.

Entrando a suelo argentino y ya con la llegada en la mira, Masle seguía adelante sin mayores problemas, logrando sortear Avilés, Arcillosa y la zona de Flamenco antes de arribar a Circunvalación con lágrimas en sus ojos: se convertía en ganador del GPH por primera vez.

La diferencia era de 1 minuto y medio, pero un recargo por superar la velocidad permitida en los tramos controlados, dejó la brecha final con Vojnovic ¡en apenas 29 segundos, una locura!.

Siempre hay una primera vez, y como la de Jacob Masle, también hubo varias. Nacho Pavlov junto a su hermano Emilio cumplieron lo planificado y también plantearon un ritmo sólido en todo sentido para el regreso a la Argentina. Es que nunca fueron lentos, al contrario, sino la referencia para un Matias Finocchio que a pesar de acelerar con los dos pies no pudo darles caza, llegando como escolta al autódromo. De esta manera, los del Yagan Racing concretaron su bautismo esperado en el GPH.

Otro histórico, apellido emblema, es el de Facundo Carletti, bautizado después de quedar como líder y apretar todo lo que le permitió el Renault sabiendo que Guic lo perseguía tratando de darle caza y arrebatarle su primera victoria. Fueron poco más de dos minutos los que separaron a ambos a la llegada final. Carletti, siempre Carletti.

Renzo Vojnovic era el único chileno en la F, pero fue el que se llevó la gloria. Peleaba mano a mano con Marchan hasta que el ushuaiense quedó afuera por la rotura de la caja y se fue derechito al triunfo.

Los otros que se bautizaron son Martin Iriburo y Felipe Barrientos. El “Colo” se valió del gran retraso de Damián Alvarado para tomar la posta en la C Inyeccion y volar hacia la victoria con buena ventaja sobre sus escoltas, en tanto que el trasandino lideró desde la primera etapa con el Lada Samara y no titubeó en ningún momento sin contrincantes claros a la vista.

Zanetti y González, dueños definitivos de la Challenger
Si había una maldición, este año no fue tal. Es que tanto Hernán Zanetti como Manolito González lograron su cometido: quedarse con la Challenger de forma definitiva por las cinco victorias alternadas.

El chileno, máximo ganador de su país en el GPH con 5 triunfos, concretó su sueño volviendo a ser la referencia en la categoría C de principio a fin. Nadie pudo darle caza. Intentó Daniel Parún en el arranque hasta su abandono y Rossi terminó siendo un escolta perfecto para la proeza de Zanetti.

Por su parte, Manolito González tampoco tuvo rivales abriendo una gran diferencia desde el comienzo para acercarse kilómetro a kilómetro hacia la conquista definitiva, que pone su nombre entre lo más grandes de la historia de esta carrera.

¡Será hasta 2024!

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